martes, 29 de septiembre de 2015

Camino sin retorno de Andrzej Sapkowski

Título: Camino sin retorno
Autor: Andrzej Sapkowski
Editorial: Alamut
Año de publicación: 2010
Precio: 18.95€
¿Por qué? Veamos, es Sapkowski, considero motivo suficiente el leerme un libro de relatos de este tipo, Todo lo que escribe me transporta al lugar que describe, así que ¿por qué no?
Sinopsis: Realmente son un pequeño montón de relatos cortos, además, estoy preparando un post en el que quiero hablar algo más del tema, por lo que no adelantaré mucho de ninguno de ellos en este momento. 
Ambiente: es curioso cómo consigue el autor engancharte a cada línea, aunque sepas que la historia se va a acabar en breve. Te transporta en cada relato a un escenario diferente y todos están muy bien planteados.
Lo mejor: cada pequeño relato está trenzado de forma magistral, como sólo Sapkowski sabe hacer, aunque sean totalmente diferentes los escenarios. Desde una virulenta plaga de brujas, hasta una boda en el mundo de Geralt. Todo encaja y lo hace muy bien. 
Lo peor: Es una cuestión más editorial, pero hay que decirlo igualmente; sólo hay dos relatos ambientados en el mundo de Geralt de Rivia. Y sólo en uno de ellos aparece el propio Geralt. Saben a poco y bueno, te venden el libro como si todo fueran relatos de Geralt y no, no lo son. 

martes, 15 de septiembre de 2015

Trilogía de Lyonesse de Jack Vance


Título: Trilogía de Lyonesse (El Jardín de Suldrun, La Perla Verde y Madouc)
Autor: Jack Vance
Editorial: Gigamesh
Año de publicación: 1983/1989; 1985/1990; 1989/1992 
Precio: 24€ cada uno
¿Por qué? Descubrí esta trilogía casi por casualidad, leyendo un post de a saber qué blog en el que anunciaban la muerte de Jack Vance. Me leí un par de reseñas y la temática pre artúrica me atrajo sin dudarlo. En aquel momento también estaba construyendo una novela de temática pseudoartúrica así que creí que me vendría bien. 
Sinopsis: Las Islas Elder sufren las intrigas de poderosos magos, autárquicos reyes e inefables poderes. Los tres libros desarrollan la historia de unos cuantos personajes, que a la vez, están ligados firmemente con el futuro de las islas y su reinado. Poco a poco Vance desenvuelve, sin florituras pero con gracia, la trágica historia de los protagonistas y la tierra que pisan.
Ambiente: ¿Unas islas donde se mezclan mitología céltica, féerica, cristiana y vete a saber qué más? Sí, es aquí. ¿Un montón de reyes que representan perfectamente el color de la tierra que pisan? Sí, es aquí. Una mezcla bucólica y preciosa de conceptos quizás hoy en día demasiado banalizados.
Lo peor: quizás sea por el momento actual de la fantasía, o la evolución de los escritores, no sé, pero parecía una obra facilona. Te da la sensación de que sabes qué va a pasar y cuándo desde el minuto uno, a pesar de que en algunos momentos sorprende gratamente. El conjunto de la obra forma un tapiz mágico precioso, pero las fibras con las que está hecho no son de la mejor calidad. 
Lo mejor: el conjunto de la obra merece un diez. La narración es brillante a pesar de no tener florituras ni intentar llegar a una excelencia con el lenguaje, lo cual la hace muy sencilla de leer. Aunque no sea tan adictiva como las que nos regalan otros autores de fantasía actuales.

martes, 8 de septiembre de 2015

Vadeando el infinito

El otro día me desperté con otra triste noticia. Cerraron una librería en El Ejido, una librería que no conocía, nunca había oído hablar de ellos, quizás porque antes de abrir mi propia librería estaba un poco despegado de todo el ambiente cultural que envuelve a esta profesión. Aquí tenéis su página de Facebook, donde podréis ver la cantidad de autores importantes que han paseado por allí y la multitud de amigos que hicieron a lo largo de sus años de vida.

Como siempre que leo algo de este calibre se me encienden varias luces internas de alarma. Una de ellas es la de culpar a alguien, siempre tiene que haber un culpable: que si el gobierno y su asqueroso IVA inflado (aunque hay que recordar que los libros siguen teniendo un 4%), a los clientes de librerías, que nunca compramos o leemos bien poco (aunque hay que recordar que la libertad radica justamente en hacer lo que quieras), que si pirateamos mucho, que si no se qué.

En fin, aquello de echarle la culpa a otros de nuestros propios fallos es muy común, sobretodo cuando te duele. A mí me duele cuando cierra una librería y me ha dolido cuando han cerrado algunas, pero tampoco he hecho nada para evitarlo, ¿así que qué pasa realmente? Hay muchos factores a analizar, pero podríamos empezar con esta máxima:«Los libreros tenemos que decidirnos, renovarse o morir.»

Ya no sirven las mismas técnicas de antes, lleva mucho tiempo sin funcionar el vender sólo libros o el traer a autores para que firmen las últimas novedades. Esto les sirve a las grandes multinacionales, que venden libros por impulso, así, a paladas, a gente que probablemente lea uno o dos al año. Creo que hay que abrirse más a todo lo que rodea a la lectura y el mundo de la cultura.

Otra máxima podría ser «El lector es el que realmente tiene en su mano el sector, elija usted sabiamente». Hace unos años pensaba que una librería especializada podía funcionar (y puede hacerlo, pero si el local es suyo o no tiene que pagar alquiler/hipoteca de su casa por ejemplo), pero empiezo a dudarlo. Realmente la gente no lee poco, sólo que lee barato. Si una tienda online me hace un 5% de descuento y en la librería a la que voy cada semana no, probablemente siga yendo a la librería a la que voy cada semana pero me compre los libros en esa tienda online en la que me hacen el descuento. Y oye, que está todo el mundo en su derecho, es una cuestión de decisiones y gustos.



El otro día un cliente me confesaba que me había sido infiel con otra librería -palabras suyas, no mías-, yo no tengo ningún derecho a enfadarme porque mis clientes compren libros en otras partes (de hecho, no me enfado, aunque lo que le dije fue que si me tenía que ser infiel, lo fuera con otra de las librerías pequeñas de la ciudad, no con la cadena). Como en muchos negocios, en este de los libros se crea una co-dependencia lector/cliente con lector/librero en el que uno intenta satisfacer las necesidades del otro, así que seguro que más de un librero y de dos ya habrá vivido esta escena.

Para que nos entendamos, lo de la librería Sintagma es un producto claro de la crisis, pero no sólo de la crisis, también es un cambio de dinámica comercial y cultural. El libro en papel, si bien no está condenado a la desaparición, sí que está condenado al ostracismo, fuera de las pequeñas librerías que han tratado con tanto mimo el producto durante tantos años. Total, si en la tienda online X me sale a 5% de descuento y me lo traen a casa YA, no tengo que esperar... total, si en esta super cadena El Tajo Alemán me lo ponen todo tan bonito que no puedo resistirme... total, si me caes mal y no quiero comprarte libros a ti. Y ojo, no es una cuestión puramente personal de los clientes de librerías pequeñas, está todo barnizado con la cultura de la inmediatez que impregna nuestra sociedad.

El resumen de todo esto es que todos tenemos parte de culpa, el librero y el lector. Si uno se adaptara mejor (escuchando al cliente, mezclando sabiamente el fondo editorial y pensando en moverse a un mercado más transversal que no sólo incluya libros) y el otro tuviera claras sus prioridades (¿prefiero esperar 15 días más y darle el dinero al librero de la librería que me gusta o paso? ¿Me compensa ahorrarme 2€ con el descuento o pagarlos y charlar de libros con mi librero? etc.) la simbiosis necesaria sería mucho más fructífera y clara que lo que es hasta ahora.

Ninguna librería pequeña es capaz de resistir sólo vendiendo libros, creo que es una realidad bastante comprobada.




martes, 1 de septiembre de 2015

So... whats up bro?!

Madre mía, pues no hace tiempo ni nada. Para dejarme de excusas y leches os voy a contar qué narices he estado haciendo durante este año y pico que llevo sin pasarme por aquí, luego vosotros decidís si os parece algo interesante o me lapidáis amablemente.

Poco después de escribir el último post empezamos a pensar en montar una librería, de aquellas buenas, de aquellas frikis. Como todo aquel que haya montado un negocio sabrá, la cabeza se te transforma en un puto caos informe repleto de cifras, cosas por hacer y anotaciones apresuradas en la agenda, así que priorizas de forma extrema y acabas dejándote cosas por el camino... como estas páginas del exilio. 

Drakkar Llibreria ha sido el proyecto más ambicioso de mi vida y lo sigue siendo. Intentar montar una tienda en una ciudad nueva, con mucha ilusión pero la cabeza fría, está siendo el reto más flipante que me he encontrado en mis 30 años de vida (sí, ya lo sé, aparento menos, pero es porque me conservo bien). A los despistados les dejo una ración fuerte de spam de la tienda (sita en Tarragona): Facebook, Blog, Twitter, Google+.



«Oye tío, pareces ocupado ¿por qué narices reactivas esto?». Creo que ahora, más que nunca, es buen momento para las reflexiones literarias. Cada paso que das por las secciones de literatura de cualquier web ves claramente que la cosa está muy malita, jodida a saco vamos. La gente se desprende con una facilidad pasmosa de sus libros, de sus lecturas, para luego echarse a llorar por el cierre fulminante de la mitad de las librerías por las que ha pasado su vida. 

Trozos de historia viva cayéndose a pedazos en casi cada esquina de ciudades y pueblos. «¿Y tú has montado una librería? ¡Estás loco!» Lo sé, pero como he dicho, no es una librería al uso, es una librería friki y ahí radica la gracia, vendemos más cosas además de novelas. Sería para mí prácticamente imposible pagar la factura de la luz con lo que vendo de novelas (sólo la de la luz, ya no hablemos de las demás) y como soy librero de vocación, pues creo que voy a hacer el último intento, la última canción desesperada, el canto de sirena que pretende hablar sobre libros aunque sea una industria que, por desgracia, cada vez mueve menos.

Así que sí, volveré a hablar de libros por aquí, con la misma intención que tenía antes, alguna reseña por aquí, alguna reflexión pseudoinspirada por allá y esas cosas. Intentaré que el ritmo de publicación sea estable, aunque con la que tengo liada siempre entre juegos, libros y demás, puede que acabe siendo un tanto irregular. Por lo pronto, ya he modificado algunas de las cosas que tenía en la barra lateral y me propongo desde aquí leerme un libro al mes (es algo asumible en cualquier caso) para poder daros la tabarra con lo que se cuece por el mundo editorial.

Sin más, los nuevos sed bienvenidos por primera vez, los viejos amigos, gracias por seguir ahí.